jueves, 18 de junio de 2009

Amistades peligrosas



Llamó mi atención en Salamanca la existencia de una iglesia dedicada nada menos que al Arzobispo de Canterbury, Tomás Beckett. Mi ignorancia quedó en evidencia cuando leí en el plano turístico que era un templo románico del siglo XII. Me entrañé, pues recordaba que el personaje vivió en esa época justamente. Cansado de tanto renacimiento pretencioso, seguí el plano y, subiendo una avenida que me sacaba del centro de la ciudad, llegué a una urbanización de bloques, a cuya espalda, y junto a un cruce semafórico, me topé con la iglesia de Santo Tomás Cantauriense, que se vé en las fotos. Un templo románico de exquisita sobriedad en su fachada, de una sola nave, y con un armonioso triple ábside orlado con pilastras y columnas. La cornisa del ábside semicircular del crucero presentaba decoración de modillones con representaciones de cabezas humanas y faunísticas y también motivos vegetales. Estaba cerrada, y no ví horario de visitas por ningún lado. He comprobado posteriormente que fue edificada en 1175, siendo la primera iglesia consagrada a Beckett fuera de Inglaterra. Este atractivo personaje,(del que para saber más, remito a mirar en Internet) fue asesinado en la catedral de Canterbury por caballeros de la casa del rey el 29 de diciembre de 1170, por haber denunciado ante el papa Alejandro III las famosas "Constituciones de Clarendon" de 1164, , que suponían una injerencia real en la jurisdicción eclesiástica. Lo paradójico del asunto es que el Arzobispo era amigo de toda la vida de Enrique II Plantagenet, conde de Anjou y duque de Normandía quien, por azar, asumió la corona inglesa en 1154. (vuelvo a remitir a internet o a cualquier manual para profundizar en el período)
Por esa amistad, su nominación como primado de Inglaterra no fue bien acogida por el clero inglés, que temía que el nuevo arzobispo fuera adicto al monarca. Para más inri, éste le nombró "Canciller Mayor". Pues resultó que el tal Beckett renunció a cargos y rentas y se aprestó a defender la independencia de la Iglesia respecto del poder real. La causa del enfrentamiento fue el juicio contra un clérigo de Sarum, que violó a una joven y mató a su padre para evitar su venganza. El prelado se negó a que en la causa intervinieran jueces seglares, y el cura violador y asesino sólo fue confinado en un monasterio. Y esto dió pie al rey para ordenar la redacción de las citadas constituciones de Clarendon, y a la postre, el asesinato de su ex-amigo. El papa Alejandro III reaccionó, haciendo santo al asesinado en 1172. ¡Sólo dos años después! La iglesia salmantina es de cinco años después. Desde su canonización, la tumba de Beckett en la misma Catedral se convirtió en centro de peregrinación. El primero en peregrinar a su tumba, obligado por el papa,fue el propio rey Enrique II, después de depurar responsabilidades en el crimen, y de exculparse él. Desde entonces, todos los reyes ingleses se coronan en Canterbury,... sobre los restos de Beckett. Todo un monumento a la amistad. Por cierto, esta historia inspiró la novela, que no tengo intención de leer, "Los pilares de la Tierra", de Ken Follet.
P.D.: La hija de Enrique, Leonor Plantagenet, casó en el mismo 1170 con Alfonso VIII de Castilla. Hablaremos también de ellos otro día.

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