jueves, 23 de abril de 2009

Magnicidio

Ilustra la imagen el castillo de Zamora, la ciudad de la reina doña Urraca. Se ubica en la parte más elevada de la peña en que se encuentra la ciudad, a orillas de río Duero. Se supone que tras los muros de este castillo se ideó el asesinato del rey castellano Sancho II el "fuerte" a manos del noble leonés Vellido Dolfos, quien, si la historia es cierta, cruzó el portillo de la ciudad que hoy lleva su nombre para introducirse en el campamento de los castellanos, que tenían asediada la ciudad, para terminar con la vida del rey. Desde entonces es tratado como héroe en Zamora, pero como traidor en Castilla. Pero centremos brevemente la historia. Sucedió que a la muerte del gran rey Fernando I, que había logrado reunir en su persona las coronas de los reinos del norte peninsular y someter a parias los reinos de taifas, sus disposiciones testamentarias repartieron entre sus hijos los diversos territorios. La corona de Castilla recayó en Sancho, que no aceptó las mandas testamentarias, y acompañado de su alférez, Rodrigo Díaz de Vivar se dispuso a unir de nuevo la herencia de su padre. Y lo logró. Derrotó a sus primos Sancho Garcés IV de Navarra y Sancho Ramírez en la guerra de los tres Sanchos (1068) y después se lanzó contra Galicia, que fue la herencia de su hermano García, y lo derrotó y desterró (1o71); y contra León, que fue la herencia, con título imperial, de su hermano Alfonso, al que derrotó en la batalla de Golpejera (1072), siendo el Cid su mano derecha. Reunificados los tres reinos se lanzó contra Zamora, que había recaído, con título real, sobre su hermana Urraca. Y aquél 1072 conoció el duro cerco de las tropas castellanas a la ciudad del Duero. Vellido Dolfos salió de la ciudad para entrevistarse con el rey Sancho en el campamento con la excusa de enseñarle una puerta de entrada en la ciudad, ya que el engaño consistiría en que el castellano daría por supuesto que el zamorano había desertado. Pero en un descuido del rey , Vellido Dolfos lo mató por la espalda en su propia tienda, usando un venablo dorado del monarca. Siempre quedó la sospecha de que su hermana Urraca había aprobado la comisión del magnicidio para obligar a los castellanos a levantar el cerco. El sucesor de Sancho fue el derrotado Alfonso, que había huído a refugiarse a Toledo, al lado de su aliado, el rey Al-Mamún. Las sospechas también recayeron sobre Alfonso, de suerte que el Cid, según la épica castellana, le hizo jurar que no tuvo nada que ver en la muerte de su hermano (Jura de Santa Gadea). A la larga, esto le costaría, (siempre según la épica tradicional de Castilla, no la historiografía) el destierro al Cid. En cuanto a Vellido Dolfos, el romancero castellano siempre le trató como a un traidor. Dice un famoso Cantar de Gesta: "Rey don Sancho, rey don Sancho; no digas que no te aviso/ que de dentro de Zamora un alevoso a salido/ llámase Vellido Dolfos, hijo de Dolfos Bellido/ cuatro traiciones ha hecho, y con esta serán cinco/ Si gran traidor fue el padre, mayor traidor fue el hijo."

2 comentarios:

Kikko dijo...

Gritos dan en el real: -¡A don Sancho han mal herido!
Muerto le ha Vellido Dolfos, ¡gran traición ha cometido!
Desque le tuviera muerto, metiose por un postigo,
por las calles de Zamora va dando voces y gritos:
-Tiempo era, doña Urraca, de cumplir lo prometido.

Esmaliat dijo...

Pues parece que doña Urraca no cumplió, de hecho cuando le fue a reclamar Vellido Dolfos, parece que la reina prefirió escurrir el bulto y las sospechas recayeron en el que se convertiría en Alfonso VI de León y Castilla.Éste mantendría momentáneamente los privilegios de Urraca en Zamora y de su otra hermana, Elvira en Toro, otra plaza de la que también diré algo.