lunes, 26 de enero de 2009

La luz interior

"si quieres ver la luz, búscala en tu interior". Ese viaje hacia uno mismo que ya predicara San Agustín debió ser una de las inquietudes de los monjes cordobeses que, huyendo de Al-Andalus , fueron a parar a las desangeladas tierras de la cuenca alta del Esla, en el Reino de León. Erigieron su cenobio, San Miguel de la Escalada, en medio de un gélido y pelado monte, reutilizando algunas columnas romanas, y empleando al arco visigótico. El contraste de los colores de las distintas piedras, tamizado por la pequeña ventana que dirige la luz hacia el fondo del ábside, queda hoy algo desvirtuado por el encalado de algunos paramentos, pero conserva el ambiente mágico de lo íntimo en este pequeño templo, del llamado "arte de Repoblación". Según consta en un epígrafe, el abad Alfonso de Córdoba reconstruyó un edificio anterior. También informa que fue el obispo Genadio quien consagró la iglesia en 913.
Las naves, divididas por las citadas columnas con arcos de herradura, desembocan en una cabecera triple, de la cual se aprecia en la foto la parte central.

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