domingo, 18 de enero de 2009

La ciudad de Dios destruída

La reforma benedictina de los abades cluniacenses de principios del siglo X permitió adaptar los monasterios regidos por las austeras reglas de Benito de Nursia en verdaderos centros vertebradores de los territorios en que se asentaban en los aspectos económicos y sociales. La expansión de los "monjes negros" de Cluny quedó ahogada por otra reforma que propugnó la vuelta al rigorismo de los primeros tiempos, impulsada por Bernardo de Claraval, un monje borgoñón, en la abadía de Císter. Esta reforma cisterciense supuso la recuperación de la austeridad y, desde el punto de vista del arte, la pérdida del espíritu decorativo del románico. Los monasterios eran "ciudades de Dios", centros de la actividad económica e intelectual de la sociedad feudal. A lo largo de esa gran vía de comunicación que fue el Camino de Santiago, numerosas fundaciones monásticas rivalizaron por la primacía económica sobre las tierras que dominaban. La foto muestra el ruinoso estado de uno de los principales de los que hubo en Castilla, el de San Pedro de Arlanza, en la provincia de Burgos. Aún puede verse el triple ábside de la cabecera típico del románico, y las bases de las columnas que sujetaron las desaparecidas naves sobre una planta de tipo basilical. Estas imponentes ruínas se encuentran en medio de un boscoso paraje a pocos kilómetros del Monasterio de Silos.

2 comentarios:

Kikko dijo...

Muy interesante reseña.

Tal vez, como pequeña crítica te diría que el lenguaje que utilizas es demasiado 'académico' para un blog, un poco al estilo 'libro de texto'. Quizás estaría bien emplear un estilo algo más ameno de leer.

Por lo demás felicidades.

Otro dijo...

Te dejo la pagina de música que te decía,buena entrada,un saludo.
Musica