jueves, 30 de julio de 2009

El mayorazgo del judío-converso

En un día gris, atravesando "por la dura estepa castellana", crucé el pueblo de Olmillos de Sasamón, provincia de Burgos, y me llamó la atención la elegante figura de un castillo, entonces cerrado y sin ningún uso, al pie de la vieja carretera de acceso al pueblo. He mirado la página de internet del pueblo, y ha resultado ser muy completa. Allí puede uno informarse de que este castiillo, que hoy ha sido convertido en hotel, fue mandado construir en 1446 por un tal don Pedro de Cartagena, que fue guardia del rey Juan II de Castilla, y consejero de Enrique IV y hasta de Fernando el Católico, pues llegó a vivir hasta los noventa años. Este tal don Pedro fue el cuarto hijo de un matrimonio de judíos de la tribu de Leví, según nos cuenta la citada página. Resultó llamarse su padre Selemon Ha-Leví, y se convirtió al cristianismo adoptando el nombre de Pablo de Santamaría. Había hecho fortuna recaudando impuestos, y alcanzando ascendencia en la corte de los Trastámara, fue nombrado tras su conversión Obispo de Cartagena, y luego de Burgos. Ilustrativa historia la de este personaje, que además fue filósofo e historiador, y que legó a su hijo un amplio señorío, que fue elevado a mayorazgo por el rey castellano para dotar de hidalguía a una estirpe de conversos. El apellido de Santamaría del padre fue cambiado por el de Cartagena por el hijo porque aquél tenía resonancia conversa. Vamos, para disimular. El poder señorial de los conversos ascendidos a hidalgos se manifestó en el cobro de impuestos a destajo sobre las poblaciones de sus dominios, muchos de cuyos habitantes las abondonaron, dándose un fenómeno de despoblación. Y fue don Pedro consejero real del rey católico, quien, junto con su católica esposa, ordenaría poco después la expulsión de los judíos. La Historia es pura paradoja.

1 comentario:

Juanmi dijo...

¿cuándo vienes a la Baja Andalucía? Avísame de las fechas