jueves, 19 de febrero de 2009

El anacoreta centenario















Fue el santo Millán un pastor hasta los veinte años, edad a la cual sintió su vocación de asceta y, tras un período en que fué sacerdote ordenado por el obispo Dídimo de Zaragoza; decidió recluirse en una oquedad excavada en la roca en plena sierra de la Demanda, en La Rioja. Posiblemante uno de los lugares donde más crudo pueda ser el invierno, fue el elegido por el santo que, lejos de morir de congelación, vivió más de cien años, durmiendo durante más de setenta ... ¡en el agujero que él mismo le hizo a una roca! Vivió desde el 473 (por aquél año era rey de los godos Eurico, que por entonces emprendía la ocupación de la Tarraconense, siendo emperador Julio Nepote) hasta el 574 (ya era rey de Hispania Leovigildo, que en ese año andaba de campaña militar contra los levantiscos cántabros).
De la anacoresis de San Millán surgió un cenobio cuando se le unieron adeptos, y desde 550, en tiempos del rey godo Atanagildo, se erigió el eremitorio de la foto, ampliado siglos después, en época de Sancho III el Mayor de Navarra. La parte de época visigoda constituye uno de los escasos ejemplos de arquitectura de la época que no está a nivel puramente arqueológico, lo que le convierte en uno de los edificios en pie más antiguos de la península Ibérica. En la misma oquedad de la roca en que tantos años durmió Millán, se encuentra su sarcófago. (ver fotos) En el mismo se relatan, tallados, los numerosos milagros y curaciones que se le adjudican al anacoreta (Devolución de la vista a ciegos, exorcismos, etc...) El Monasterio de San Millán de Suso (que significa "arriba" en castellano antiguo) fue ampliado con el de Yuso ("abajo") y su relevancia se engrandece a causa de ser el lugar en que algún monje estudioso anotó en los márgenes de los códices latinos que manejaba, las famosas glosas "emilianenses", las primeras pruebas de escritura en castellano. Uno de los biógrafos del santo fue el muy famoso monje Gonzalo de Berceo, quien puso versos a sus milagros en el siglo XIII. Justamente al pasar el pueblo de Berceo, se llega al valle en que se encuentra la villa de San Millán de la Cogolla, donde se encuentran los dos conjunto monásticos de Suso y Yuso.

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